Llegó el día. Y fueron llegando, también, las mujeres… preciosas y radiantes… todas madres judías, todas con las ilusiones y las expectativas cosquilleando a flor de piel.
Tan distintas y tan iguales. Resuenan los diferentes idiomas en el lobby del Gran Beach Hotel. Se amontonan las maletas y los nervios detrás del mostrador, ansiosas por el primer check in que inaugure el esperado viaje …
Algunas, como yo, nos escabullimos hasta la playa, deseosas de disfrutar hasta el último instante posible, de todo lo posible… Otras se quedan a descansar para renovar fuerzas. Y otras muchas, simplemente, se van acomodando y preparando …
A las 16:45, todas abajo!
Un, dos, tres: Go! Parten los autobuses en caravana. Cruzan Tel Aviv, dejando un reguero de paisajes precipitándose por las ventanillas. Entre risas, los bebemos todos. Nos empapamos con la primera visión de Israel desde su ciudad más cosmopolita, sus radiantes rascacielos conviviendo con las callejuelas de casas bajas y destartaladas … Sus claros y sombras; los heterogéneos rostros de sus habitantes… La riqueza infinita de todos sus rincones…
Así somos también nosotras… Todas distintas, pero esperando descubrir nuestras coincidencias, que, poco a poco, empiezan a surgir… Como en un dominó donde pieza por pieza, vamos completando el juego.
Todo va encajando para que, al final del viaje, hayamos ganado mucho más que una partida.
Llegamos al evento. Nos esperan los fotógrafos y una multitud de pachminas de colores. De pronto, todas formamos un arco iris de mujeres, donde tiene sentido completarnos…
Escuchamos, espectantes y emocionadas, la palabra de las organizadoras. Y luego comemos. Y brindamos: Lejaiim por la Vida! Y bailamos abrazadas, y volvemos a reír…. Ya nos estamos reconociendo… Tan distintas, y sin embrago, tan iguales. De a poco: más unidad en nuestra variedad… Esto es, recién, el comienzo del viaje…
Agradecidas y cansadas, volvemos al hotel. Mañana será otro día. Sfat nos espera.
Sheejeianu ve kimanu, veiguianu la zman ase. Qué suerte y qué felicidad es llegar a este preciado momento. Momentum.
Miriam Lask
Barcelona, Spain – Asociación Solidaria Neder
You may also like
My Soul Is Not Similar to What It Was at All.
A Day in the Life of an Israeli MOM: Alona Ricanati Hashai