Desafiando la ansiedad – La escalera de 4 peldaños de Jacob

Así que, estás preocupada por lo qué pasaría si… Bueno, ¿yqué pasaría si pudieras aprender a dejar de preocuparte?

De los desafíos mentales más comunes conocidos por el hombre, hay uno que se destaca como el más generalizado: la ansiedad. Sólo para que te hagas una idea de sus proporciones: En Estados Unidos las principales enfermedades mentales que aquejan a la sociedad son, la depresión que afecta al 7%, bipolaridad al 4%, TEPT al 3,6%. Mientras que la ansiedad se lleva un enorme 19%. A nivel mundial, 260 millones de personas luchan contra esta verdadera plaga.

La buena noticia sobre la ansiedad (probablemente la única buena noticia) es que, aunque es muy común, también es muy tratable. Los estudios demuestran que es particularmente tratable usando herramientas de terapia cognitivo-conductuales (TCC) que cambian nuestros proceso de pensamiento. Por eso me emociona tanto compartir esta herramienta de TCC basada en la Torá, para saber cómo manejar la ansiedad. Es una herramienta extraída de un fascinante estudio de caso bíblico sobre la ansiedad: Jacob y Esaú.

Imagina que tu vengativa hermana está furiosa contigo. Te culpa de sus fracasos y está dispuesta a arruinarte la vida. Estás alejado de tu padre que siempre parece estar ciego a tu verdadero yo. Tu madre es simplemente dominante y tú, te sientes como un paria. Estás vagando, sin una verdadera forma de ganarte la vida y sin la seguridad de que tienes lo necesario para forjar tu propio camino.

Esa es la historia de Jacob modernizada y resumida. Su hermano gemelo Esaú literalmente quiere matarlo por robarse la bendición de su ciego padre. Su madre fue la que maquinó toda la debacle y ahora tiene que huir de todo lo que conoce. Sin comida, sin rebaño, sin familia, sin un plan. Es un fugitivo, literal y figuradamente, en medio de una crisis existencial.

En la lista de las 10 principales causas de ansiedad, Jacob tiene la mayoría de ellas: relaciones familiares conflictivas, mudarse de casa, mudarse de país, estar desempleado, procesar la pérdida, sin mencionar el peligro de muerte.

Y sin embargo, en medio de todo este estrés existencial, ¿qué hace Jacob durante la primera noche de su huida? Coge unas piedras para hacer una almohada e inmediatamente se duerme bajo las estrellas.

Cualquier persona atormentada por la ansiedad sabe que el sueño es lo primero en desaparecer cuando nos acosa la ansiedad. ¿Cómo puede ser entonces que Jacob simplemente caiga en un hermoso descanso entre tanto estrés?

Es más, el dormir de Jacob contrasta con el estado insomne de Esaú, su hermano gemelo homicida. Esaú es el epítome del insomne acosado por la ansiedad. El texto, cuyas palabras son tan escasas, se empeña en afirmar, dos veces, que Esaú está «cansado». Es un inquieto arquetípico.

A Esaú se le describe como «un hombre del campo, un hombre que conoce la caza». Por siempre buscando la próxima presa. Jacob, por el contrario, es descrito como «Simple/puro». Un hombre que se sienta en tiendas de campaña».

Jacob y Esaú representan nuestros estados psicológicos interiores. El Jacob en nosotros es aquella parte nuestra capaz de sentarse con seguridad en paz, feliz con las simplicidades, satisfecha. Nuestro ansioso Esaú es por excelencia esa búsqueda febril que nunca nos permite la paz de la simplicidad, es el cazador cuya presa es nuestra propia sensación de bienestar. Los ataques de pánico afectan a muchas personas en estos días. Es difícil luchar contra ellos, pero es posible Yo mismo he sufrido ataques de pánico durante muchos años. Incluso tuve que acudir a un especialista con este problema. El médico me recetó un curso de tratamiento, que incluía Xanax. Lo compré y otras drogas en https://www.drugrehabconnections.com/xn/. El tratamiento demostró ser eficaz.

Su contraste se vuelve a exponer cuando Jacob finalmente regresa a casa para encontrarse con Esaú después de sus 20 años de exilio. En ese encuentro, cada uno resume sus vidas. Esaú dice, «Yesh Li Rav – Yo tengo MUCHO». Mientras que Jacob responde, «Yesh Li Kol – Yo lo tengo TODO».

Cuando hablamos de la mente ansiosa, la diferencia entre «tener mucho» y «tenerlo todo» hace toda la diferencia. El arquetipo de la ansiedad insiste en que lo que es, nunca es suficiente – y así se agota en la búsqueda de más. Nunca tendré lo suficiente, porque yo mismo nunca soy suficiente.

Luego viene el antídoto para esos pensamientos ansiosos. La insistencia de Jacob en que «Yo lo tengo todo». El remedio, es ese simple estado de saber que en realidad tengo todo lo que necesito… y que lo que tengo es exactamente todo lo que necesito. Porque estoy conectado con todo en el universo mismo.

No es de extrañarse que en esa primera noche del exilio de Jacob, él sea capaz de dormir. Más aún, es capaz de soñar. «Y soñó, y he aquí una escalera apoyada en la tierra y su extremo llegaba al cielo; y he aquí que ángeles de Dios ascendían y descendían por ella. Y Dios se paró sobre ella…» (Génesis 28:12) Este no es un sueño cualquiera; es un extraordinario vistazo al funcionamiento divino del universo mismo.

Nuestra parte de Jacob es una fuente invaluable de sabiduría y visión que el ansioso Esaú en nosotros está dispuesto a destruir. El objetivo es no permitir que nuestro Esaú interno asesine a nuestro Jacob interno.

Para lograrlo, nos remitimos a la imagen del sueño de Jacob y ponemos en práctica esa magnífica metáfora.

A comienzos del siglo XVII, el comentarista místico, elShelá, explica que la Escalera de Jacob consta de cuatro peldaños, que corresponden al paradigma cabalístico de los cuatro mundos. Estos cuatro peldaños definen la experiencia humana de la realidad. Ellos son los siguientes:

Asiyá– Realidad física

Yetzirá – Realidad emocional

Beriá – Realidad intelectual

Atzilut – Realidad espiritual

La escalera simboliza el orden y la progresión. Cuando descomponemos nuestras experiencias en estos cuatro aspectos esenciales, entonces somos más capaces de organizar y manejar el aparente caos en nuestra vida.

La herramienta de la escalera de Jacob:

Toma un momento para pensar en algo que te haya provocado ansiedad. Sube la escalera rellenando estos cuatro niveles haciendo un registro del proceso:

Peldaño 1: Nivel físico – Observa qué circunstancias externas provocan que se produzcan ataques de ansiedad. Quizás estés en una zona demasiado atestada de gente. Quizás te saltaste el almuerzo y sólo tragaste un café. Quizás acabas de oír malas noticias. Quizás estas cuatro cosas estén ocurriendo al mismo tiempo. El bienestar mental viene de estar íntimamente familiarizada con las situaciones que interrumpen nuestro sentido de la calma. Observa cuando estás en la zona de peligro de esos factores desencadenantes recurrentes. Haz una lista con ellos.

Peldaño 2: Nivel emocional – También debes estar atenta a tu entorno emocional. Cuando ese factor detonante se produce, ¿qué sientes? Es fundamental ser capaz de identificar el rango de tus emociones. Tener la conciencia de que «Cuando el factor detonante X ocurre, generalmente siento Y». Los sentimientos típicos que se desencadenan son cosas como el miedo, la preocupación, el agobio, el pánico, la desesperanza, la impotencia. Las emociones a menudo se expresan como síntomas físicos sin causa física (como sudar cuando estás sentada en un sofá). Observa cómo tus emociones se expresan en tu cuerpo: te sudan las palmas de tus manos, se acelera tu corazón, sientes pesadez en el pecho. Haz un balance de tu realidad emocional.

Peldaño 3. Nivel intelectual – Ahora observa tus pensamientos, particularmente los exagerados y negativos. Esos pensamientos distorsionados son las armas más afiladas de Esaú. Los pensamientos distorsionados reclaman el dominio de nuestra realidad, causando todo tipo de estragos en nuestras emociones. Nos ponen en un estado de ansiedad altamente improductivo… lo que a su vez hace cada vez más difícil lidiar con los desafíos reales de la vida… lo que a su vez produce más ansiedad… y el ciclo se vuelve interminable. Haz una lista de esos pensamientos distorsionados.

Peldaño 4: Nivel espiritual – En el punto más alto de la escalera está la realidad espiritual. Aquí respira profundamente y enraízate en la verdad espiritual esencial de Jacob: «Yesh Li Kol. Lo tengo todo». Fíjate en cómo tienes todo lo que necesitas en este momento. Así como Jacob es descrito como «simple» y «puro», busca las verdades simples en tu vida y dentro de ti misma. Recuerda que estás conectada con todo en el universo, una fuerza que lo abarca todo y es benevolente, que pulsa en ti y a tu alrededor y que te sostiene.

Enumera las formas en que lo tienes todo.

Luego enumera algunas verdades simples y puras de quién eres.

Ejemplo: Una clienta mía estaba luchando con la debilitante ansiedad que sentía desde que su primer hijo nació. Así es como se veía su registro al subir la escalera:

Físicamente: Estaba cambiando el pañal de mi bebé después de otra noche sin dormir. (Factor detonante una zona de agotamiento y una tarea monótona).

Emocionalmente: Me sentía frustrada. Noté que los latidos de mi corazón se aceleraban. Me costaba respirar. Me sentía enferma. Empecé a llorar de desesperación.

Intelectualmente: Pensaba para mí misma: «Soy inservible. Todo lo que hago es cambiar pañales. Nunca llegaré a nada. Todos los demás tienen éxito».

Espiritualmente: Formas en las que tengo todo… tengo un hogar cálido y una familia que me apoya. Por fin tengo este hermoso bebé que he deseado por tanto tiempo. Tengo la capacidad de superar esto.

Formas en las que soy simple: No necesito ser un gerente o un VIP para tener valor. Puedo ser yo misma. Y en este momento que soy una madre cambiando un pañal. Puedo simplemente estar preocupada y atender a este bebé.

Descendiendo la escalera:

Ahora regresa y BAJA LA ESCALERA con esta nueva conciencia en mente.

Peldaño 3: Realidad intelectual– ¿Cuáles son tus pensamientos ahora que te has anclado en el escalón espiritual? (Ejemplo para mi cliente: En lugar de «Nunca llegaré a nada», di, «Ahora mismo estoy centrada en la maternidad y tengo tiempo para desarrollar mi carrera en el futuro»).

Peldaño 2:Realidad emocional – Observa las emociones evocadas por este nuevo pensamiento. (Ejemplo: Con esta nueva perspectiva, me siento aliviada, un sentido de aceptación y un sentido de auto-empoderamiento que de hecho puedo conseguir a través de esto. Me siento más tranquila).

Peldaño 1: Realidad física– Haz los ajustes. Ahora, ¿qué puedes hacer para ajustar cualquiera de las realidades existentes que hayan despertado innecesariamente la ansiedad? (Ejemplo – Puedo contratar una niñera para poder dormir una muy necesitada siesta por la tarde. Puedo juntarme con otras madres primerizas para recordarme que no soy una fracasada porque no estoy trabajando).

Comprométete a crear una realidad que fomente la calma y la paz concreta. Más dormir, más comida saludable, menos cafeína, menos internet sin sentido… o mejor aún, más internet consciente… ¡como esto!

Y recuerda, somos como los ángeles en la visión de Jacob, siempre subiendo y bajando la escalera. Que encarnemos a Jacob, desafiando con destreza la ansiedad que nos persigue.

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