¿Tengo que invitar a mi casa durante las fiestas religiosas a personas que sé que no les agrado?

Querida Adrienne:

¿Tengo que invitar a mi casa durante las fiestas religiosas a personas que sé que no les agrado? ¡Mi cuñada habla mal de mí en todas partes a pesar de mis muchos intentos de hacer las paces con ella! Este año es nuestro turno de realizar el seder familiar (nos turnamos anualmente) y no la quiero a ella en mi casa. Adoro a mi cuñado, a mi sobrina y a mi sobrino, pero ella viene con el paquete. No me imagino que ella quiera estar conmigo tampoco. ¿Por qué tengo que ser «grande» por el bien de mi esposo? ¿Por qué no importa mi comodidad?

Esclava de la familia.

Querida esclava:

El psiquiatra Viktor Frankl dijo la famosa frase “entre el estímulo y la respuesta hay un espacio; En ese espacio está tu capacidad de elegir tu respuesta. ¡En tu respuesta está tu crecimiento y tu libertad!».

Esto, de ninguna manera minimiza la realidad de tu desdén o malestar. Tampoco implica que tu sentido de la realidad sea defectuoso. ¡Simplemente significa que tu libertad y crecimiento, especialmente en esta época de libertad, están en tus propias manos, por la forma en que respondas tanto a ella como a ti misma!

El escritor estadounidense Ambrose Redmoon dice que “el coraje no es la ausencia de miedo; es el reconocimiento de que hay algo MÁS IMPORTANTE que tu miedo” ¡Yo diría que en este caso la paz familiar (Shalom Bait) es más importante que tu desdén! Si sientes que acercarte a ella para intentar hacer las paces una vez más sería una opción, entonces, por supuesto, hazlo. ¿Quizás enviar flores de Pesaj o una tarjeta por adelantado podría allanar el camino? ¿Quizás llamarla para invitarla personalmente y pedirle que traiga un plato que prepara y que «a todos les encanta» podría valer la pena? Envía un correo electrónico a todos preguntando por cualquier tema alimentario que ellos o sus hijos puedan tener, y así poder «atenderlos» de alguna manera. Al final, no puedes controlar nada más que tu reacción ante ella y sus provocaciones.

Dicen que cuando se va a hacer frente al mal tiempo, se debe llevar impermeable; ¡Necesitarás usar uno emocional para lograrlo! Aquí hay algunos mantras o actitudes que podrías considerar para prepararte para esta tarea.

1. Confecciona un plano de asientos y colócate en el otro extremo de la mesa.
2. Haz que los niños «conduzcan» el seder pidiendo a todas las sobrinas y sobrinos que preparen algo, cualquier cosa, sobre lo que significa la libertad para ellos. Esto mantiene las cosas no solo fieles al espíritu de Pesaj (que requiere asegurarse de que los niños participen y aprendan), sino que también mantiene el enfoque fuera de las interacciones de los adultos.
3. ¡Date cuenta que el hecho de que no le gustes no te hace a ti desagradable! Mantén la cabeza en alto y siente orgullo y placer al saber que estás «haciendo lo correcto por el bien de Shalom Bait».
4. Prepara una lista de frases neutrales para tener en la punta de la lengua en caso de que ella te diga algo hiriente; cosas como «Lamento que te sientas así» o «Ojalá estuviéramos de acuerdo en las cosas» o simplemente «hmm».
5. Recuerda que la «comodidad» suele ser la antítesis del crecimiento. ¡Imagina tu disciplina y elegancia como una aeróbica espiritual y sigue ejercitando aunque queme!

Hacer lo correcto aquí (por el Shalom Bait) es, al final, muy liberador. Que puedas probar el pan de la libertad como resultado de tus esfuerzos.