Escapando de la casa de la esclavitud – Rompiendo el vínculo de las relaciones abusivas

RIQUEZA MENTAL: HERRAMIENTAS ESPIRITUALES PARA TRANSFORMAR TU DOLOR EN PODER

Cómo el amor está arruinando tu relación

El »amor» se ha convertido en una criatura mitológica. Está destrozando nuestros hogares y ya es hora de acabar con él.

Porque cuando pensamos en el “amor”, la mayoría de las veces pensamos en una forma codependiente de amor que puede ser atractiva en lo “romántico”, pero que en la realidad es completamente destructiva.

Volvamos al Arquetipo Bíblico de las Relaciones. ¿Recuerdan la historia de Adán y Eva? O más bien, las HISTORIAS de Adán y Eva. Porque en realidad hay dos historias de la creación del “hombre”. En la primera, el hombre/Adán fue creado “Hombre y mujer – Dios LOS creó” (Génesis, Capítulo 1:27). Como si fuera ciencia ficción bíblica, los comentaristas describen al hombre original como una criatura hermafrodita; hombre y mujer unidos machihembrados por la mismísima espina dorsal.

Luego, unos pocos párrafos más adelante, una segunda historia de la creación muestra a “Adán” simplemente como hombre. Fue dormido y anestesiado, para la cirugía de la creación de la mujer desde su costado (Génesis, capítulo 2: 21).

Parecen dos cuentos esencialmente contradictorios. Y sin embargo, el genio cabalístico del siglo XVI, el Arizal, resuelve elegantemente esta contradicción revelando que en realidad se trata de una sola historia en dos etapas. Comenzamos fusionados y luego nuestra tarea es la de separarnos. El Arizal lo llama pasar de “espalda contra espalda” a “cara a cara”.

Espalda contra espalda somos una entidad fusionada… pero miramos en direcciones opuestas. Comenzamos una relación con la expectativa de que nuestra pareja sea una extensión de nosotros mismos. Que existen para suplir nuestras necesidades de autoestima, de amor y de ser cuidados. En ese estado, podemos “cubrirnos las espaldas” perfectamente bien… pero la verdad es que carecemos de intimidad. Estamos mirando en direcciones opuestas, ni siquiera podemos ver al otro realmente.

Por lo tanto, la siguiente etapa necesaria es lo que el Arizal llama la nesirá.  Nesirá significa “aserrado” o “desacoplamiento quirúrgico”. ¡Sin duda distan muchísimo de los típicos gestos románticos que imaginamos para el “amor”!

Y sin embargo, este desacoplamiento es esencial para el amor verdadero. Ya que en este desacoplamiento, obtenemos el antídoto para la codependencia malsana – el espacio para encontrarse a uno mismo. Aquí nos damos cuenta que no necesitamos que nuestra pareja nos ame para amarnos nosotros mismos. No necesitamos que nos cuiden porque sabemos muy bien cómo cuidarnos. Como dice el dicho, sólo cuando nos amamos a nosotros mismos podemos llegar a amar al otro.

Sólo desde ese lugar de independencia podemos estar ante la gracia del cara a cara. Esta interdependencia es el verdadero objetivo de una relación. En el cara a cara, cada cual se mantiene firme sobre sus propios pies como individuos autorrealizados. Ahí, simplemente nos contemplamos, desprovistos de demandas, coerciones y decepciones. Ahí cultivamos un sentido de curiosidad e interés por el alma única que está ante nuestro. Esa cultura de curiosidad e interés genera amor naturalmente y una atracción que fluye hacia el otro.

Eso es amor.

Paso 1 – espalda contra espalda (Codependencia): Comenzamos como una entidad fusionada, unida espalda contra espalda. Codependientes y enredados. Llenos de expectativas y exigencias.

Paso 2 – Nesirá (Independencia): Un desacoplamiento homérico que divide esa entidad fusionada. Aprendemos a valernos por nosotros mismos, y nuestras parejas también.

Paso 3 – Cara a cara (Interdependencia): Nos volvemos para enfrentarnos, para ver al otro y deleitarnos con nuestras diferencias.

Fórmula de 3 pasos para lograr el “cara a cara”

Una vez cité a terapia a una pareja que sufría de un grave caso de codependencia. La codependencia de Vivian y Dan se expresaba en la forma de lo que yo llamo “debieritis”. Estaban constantemente “debierándose” el uno al otro. Así que abrimos la sesión haciendo un ejercicio. Le di a cada uno lápiz y papel y les pedí que escribieran los tres “debieras” que estaban proyectando en su pareja.

Se pusieron a garabatear intensamente sus “debieras”. A continuación, le di a cada uno un lápiz rojo y los invité a revisar cada “debiera”, esta vez escribiendo junto a él en rojo el SENTIMIENTO interno que daba pie a cada uno. Después de cinco minutos escribiendo silenciosamente, noté que Vivian estaba llorando.

Ella se explica: “Cuando llegamos a la consulta, me molesté inmediatamente con Dan. Tenía este gran “debiera” que él debiera haberme dado una silla cómoda. Estaba enojándome silenciosamente por eso. Pero cuando cerré los ojos y me pregunté qué sentimiento había por debajo de eso, me sorprendí con lo que me pasó. Sentí una ola de preocupación y miedo… Tenía miedo de sentirme incómoda haciendo este trabajo de pareja y quería que Dan me tranquilizara, simbolizado por el hecho de que me diera una silla cómoda. Mi dependencia en la necesidad que él me cuidara estaba haciendo que me enfureciera con él”.

¡Voilà, había dado en el blanco psicológico! ¿Quién diría que un poco de introspección guiada convertiría a esta mujer, antes temerosa, en una discípula freudiana? Era un reencuadre muy revelador. En vez de proyectar sus frustraciones en su pareja y esperar que él se las solucionara, ella se arraigó en sus propios sentimientos. Encontró allí un notable tesoro escondido, su yo. Fue un hermoso momento de nesirá.

Entusiasmada, Vivian se lanzó en picada en su próximo “debiera”, deseosa de ver lo que revelaría. Era un “debiera” compartido por tantas mujeres en el mundo… personalmente, mi favorito: “Él debiera hacerme más cumplidos”. ¿A alguien por ahí le suena conocido?

Su sentimiento subyacente: “Me siento insegura y temerosa de que si no soy bonita, no soy digna de ser amada. Quiero que Dan me halague para sentirme segura y valiosa”.

Una sorprendida Vivian se dio cuenta de cuán a menudo se pierde su experiencia personal al proyectar inconscientemente sus necesidades sobre el pobre Dan. Lo cual es un fastidio para Dan. Pero también es un fastidio para ella. Porque cada desvío al universo de los debieras, trágicamente era una oportunidad perdida para conocerse a sí misma. Y más importante aún, para satisfacer sus propias necesidades.

Le pedí a Vivian que mirara a Dan y repitiera la frase: “Te libero de la responsabilidad de hacerme sentir cómoda, segura o valiosa”.

Sorprendentemente, cuando Vivian le declaró esto a Dan, fue como si él se hubiera sumergido en un baño tibio. Como si alguien le hubiera entregado un gatito ronroneando. Su expresión se suavizó. Su cuerpo entero se relajó. La liberación fue extraordinaria. Sonrió. Suspiró. Rió a carcajadas.

Vivian se lo tomó con una exuberancia sorprendente. Declaró entusiasmada: “¡Sí, yo debiera piropearme a mí misma! ¡Soy genial!”.

Para cuando Vivian terminó de asumir la responsabilidad de sus “debieras”, Dan apenas podía contenerse e irrumpió espontáneamente con un cumplido, “¡Dios mío qué hermosa eres!”.

Y ese, amigos míos, fue el gran final del cara a cara que todos estamos esperando. Ya que aquí está el giro inesperado: El premio paradójicamente, llega al momento en que hacemos nesirá y dejamos de “debierar” a nuestras parejas. Ahí es precisamente cuando nos llegan las recompensas que tan desesperadamente tratábamos de obtener. Cuando sacamos la responsabilidad de sobre sus hombros y la ponemos sobre los nuestros, entonces nueve de cada diez veces, nuestras parejas están ansiosas por unirse y ayudarnos a cargar con ella. Repentinamente, las respuestas que durante años veníamos sacando a regañadientes se nos entregan espontáneamente y con cariño.

Abracadabra. La fórmula mágica para conseguir todo lo que quieres en tu relación: Renuncia a obtener del otro y date a ti misma. Tu pareja mucho más que frecuentemente seguirá con entusiasmo tus pasos. Y si no lo hace, bueno, tú misma en cambio ya te has comprometido a proporcionártelo.

Tómate cinco minutos para hacer este proceso de tres pasos tú misma. Usa tus “debieras” para encontrar el tesoro de tus propios sentimientos, liberar a tu pareja y satisfacer tus necesidades.

Escribe:

1. Espalda contra espalda – Él debiera: (Ejemplo: Él debiera hacerme más cumplidos).
2. Nesirá – Identificar mis sentimientos: (Ejemplo: Me siento insegura y dudosa de mi valía más allá de mi apariencia).
3. Cara a cara – Liberar al otro y asumir la responsabilidad de mi misma.

Fórmula para liberar a la pareja: No es su responsabilidad x. (Ejemplo: No es su responsabilidad asegurarme para que me sienta segura y valiosa).

Fórmula para asumir responsabilidad por uno misma: Yo me hago responsable de x. (Ejemplo: Me hago responsable de elogiarme más).

Por favor, comparte con tu pareja lo que encuentres. Las grandes relaciones no vienen pre envasadas en una tienda. Tenemos que trabajar por ellas. Trabajamos por ellas… y la recompensa es el verdadero amor, real, saludable, amor arquetípico al más puro estilo Cara-a-Cara-en-el-Jardín-del-Edén.

Por: Chaya Lester

Chaya es una experimentada educadora de judaísmo, psicoterapeuta, conferencista y guía. Sintetizando la sabiduría judía y psicología, sus enseñanzas y terapia están diseñadas para ayudarte a prosperar. Vive con su marido y sus 4 vivaces hijos en el vibrante corazón de Jerusalem ¡y te invita a visitarla!

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