Dar desde el corazón

Andrea Lee-Zucker, escritora, activista, inversionista de impacto, madre y esposa está comprometida a usar sus pasiones y habilidades para hacer del mundo un lugar mejor. “Constantemente verifico que mis intenciones coincidan con mis valores”, dijo. “Mis abuelos fueron sobrevivientes del Holocausto y mis padres vivieron el sueño americano, pasando de la pobreza a la riqueza y luego reconociendo que era su obligación devolver, un valor que nos inculcaron a mis hermanos y a mí”.

Andrea se toma su “llamado en la vida” muy en serio y está profundamente involucrada en una variedad de organizaciones. Es la embajadora de la ciudad de Washington, D.C. de NEXUS, un movimiento que une a jóvenes filántropos y emprendedores sociales para escalar soluciones positivas a desafíos globales. Es miembro del directorio de Together We Remember, un movimiento que transforma el recuerdo del pasado en un poderoso movimiento por la paz en el presente. Y, es miembro del directorio de Conrad Challenge, el que permite a estudiantes de secundaria crear innovaciones para resolver desafíos globales. En nuestra conversación, Andrea compartió la pregunta que se hace todos los días, así como la importancia de ser compasivos con nosotros mismos.

¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de que querías ser una persona que dedica su vida a dar?

Creo que el término dadora puede tener una definición muy amplia. Cualquier forma de dar es importante: sonreírle a alguien en la calle, echar una mano o dar dinero o tiempo. Desde muy joven me di cuenta que ayudar a las personas me hacía sentir bien y mis padres me mostraron muchos ejemplos de ello. Un domingo, cuando era niña, estaba viendo una subasta benéfica en la televisión con mi papá y con mi hermano mayor. Mi papá llamó a la estación de televisión y ofertó con entusiasmo por diferentes artículos. Luego, alquilamos un camión U-Haul y fuimos a recoger todos los artículos, que incluían una bicicleta y juegos. Le pregunté a mi papá si podía montar en bicicleta. “No pensaste que esto era todo para ti, ¿verdad? Ya tienes una bici ”, me dijo. Había comprado los juguetes para los niños del orfanato Jenkins. Entregamos todos los artículos y vi la emoción en los rostros de los niños. Esa experiencia, entre otras, me enseñó el beneficio mutuo de dar.

¿Qué has aprendido de tus padres que quieras transmitir a tus hijos?

He aprendido tantas cosas de mis padres que quiero transmitirle a mis hijos. La idea central es la de Tikkun Olam, reparar el mundo. Nuestro papel como seres humanos es ayudar a completar la creación buscando una mayor justicia en el mundo, lo que podemos hacer a través de nuestras acciones. Mi padre falleció hace 11 años y compartió varias enseñanzas con mis dos hermanos y conmigo. No seas un espectador frente al odio. Ten siempre un sentido de urgencia en todo lo que hagas. No tengas miedo de rodearte de buena gente. Mis padres me animaron a preguntarme todos los días: “¿Qué hice hoy para mejorar el mundo?” Me enseñaron la importancia de la familia y la comunidad. También me enseñaron que construir puentes entre personas de diferentes razas, religiones y entornos socioeconómicos puede fortalecer el mundo.

¿Por qué te atrae la inversión de impacto?

No separo mis valores personales de mis valores profesionales. Mis valores me siguen donde quiera que vaya y son parte de todo lo que hago. Cuando decido si invertir o no en una empresa u organización, considero cómo está ayudando de manera proactiva a los problemas que me preocupan y en los que veo necesidades importantes. Me apasiona apoyar empresas con y sin fines de lucro que estén alineadas con mis valores, propósitos y visión para el mundo.

¿Por qué es importante que las mujeres sean compasivas con ellas mismas?

Se espera que las mujeres hagan mucho hoy cómo cuidar nuestras familias, llevar a nuestros hijos a todas sus actividades, mantenerse al día con nuestro trabajo y contribuir al mundo. Pero no somos sobrehumanos. Somos recipientes limitados y debemos recordar eso. Si estamos agotadas físicamente, podemos agotarnos emocionalmente y no podremos vivir nuestras vidas de acuerdo con nuestros valores. Mira las distintas partes de tu vida y decide qué puedes dejar de lado. Sé, por ejemplo, que no puedo mantenerme al día con la ropa y el desorden, y cuando veo que esas pilas de ropa se acumulan por mi casa, me pueden volver loca por un minuto. Pero luego me recuerdo a mí misma por qué tomo las decisiones que tomo. A veces, nos equivocamos en las categorías que nos importan. Cuando hago eso, pienso en cómo quiero tomar diferentes decisiones en el futuro y luego redirijo mi mente porque castigarme no mejorará las cosas. También recomiendo rodearse de amigas que también sean compasivas y amables. Tendemos a adoptar el comportamiento de quienes nos rodean.

¿Cómo pueden las mujeres aprovechar sus dones para marcar la diferencia en el mundo?

Primero, eso se logra estando consciente de tí misma. Pregúntate, ¿qué me hace sentir más viva? ¿Cuáles son mis pasiones personales? Cuando encuentras una causa que combine múltiples factores de ti misma, como tu historia personal, tus dones y tus pasiones, ahí ya puedes estar más cerca de identificar cómo puedes marcar más significativamente la diferencia en el mundo. He tendido a luchar contra mis puntos fuertes. Soy una generalista, en el sentido que tengo amplios conocimientos en una serie de temas, y solía castigarme por ello, deseando ser experta en algo. Pero luego me di cuenta que ser generalista es una especialidad en sí misma y que contribuye a mi capacidad de integrar información y conectar a las personas de distintos ámbitos. También amo a la gente. Tengo una fuerte intuición. Tengo un entorno familiar que valora el dar en todas sus diferentes formas. Desde que comencé a comprender mejor, apreciar mis dones y aprovechar mis pasiones, he encontrado roles que se ajustan a mi personalidad y me permiten marcar una diferencia significativa en el mundo.