Querida Adrienne,
Tengo una vieja amiga que me importa mucho, pero descubrí que ha estado hablando de mí a mis espaldas. Ella ha revelado cosas personales tanto de mis negocios como de mi vida privada, y no sé qué hacer. No puedo revelarle mis fuentes por temor a traspasar los límites con mis colegas, pero siento todo esto como una bofetada.
Abofeteada
Querida Abofeteada:
Hay dos preguntas que primero debes responder:
¿Quieres mantener tu amistad con esta persona al nivel que tienen ahora? ¿Estás preparada para reparar la confianza discutiendo esto con ella y compartiendo tu dolor? Si es así, ¡tendrás que asegurarte de estar en un lugar de amor y no de ira!
Aprendemos que las palabras que vienen del corazón van al corazón; así que primero debes procesar tu enojo y resentimiento para que cuando vayas a ella, vengas desde un lugar limpio para que ella pueda escucharte sin ponerse a la defensiva. Por otro lado, si esta persona es una chismosa perpetua que tu crees que no puede o no está dispuesta a cambiar ni mejorar, puedes decidir establecer más límites en torno a lo que compartes con ella en el futuro. Esto naturalmente disminuirá la calidad de la amistad, ¡y ella finalmente lo notará! En ese momento, ella podría acercarse a ti y preguntarte por qué ya no eres «cercana» a ella. Es poco probable que esta persona te esté dañando intencionalmente; la mayoría de las personas que chismean no lo hacen con mala intención, sino por un deseo equivocado de compartir demasiado para hacer conexiones con otros, o porque luchan con las leyes del habla de manera constante. Esto no los absuelve de sus comportamientos, pero al menos no los enmarca como «malvados» sino más bien como «defectuosos»; ¡como lo somos todos! Voy a incluir aquí un breve ensayo del rabino Jack Abramowitz que describe esta mitzvá y sus detalles a continuación. Lee esto detenidamente y luego toma tus decisiones:
Si alguien no se está comportando correctamente, es una mitzvá corregir su comportamiento. Debemos hacerlo incluso repetidamente, ya que la Torá dice, «Hojei aj Tojiaj», que a menudo se traduce como «ciertamente reprenderás», pero que también significa «reprenderás repetidamente». (Ver Talmud Baba Metzia 31a.).
Nuestro versículo continúa, «y no llevarás ningún pecado a causa de él». Estas palabras nos advierten que debemos reprender a los demás correctamente. Como veremos en la próxima mitzvá, es un pecado avergonzar innecesariamente a los demás, por lo que se nos advierte que corrijamos a los demás sin avergonzar públicamente. (Más sobre esto en la próxima mitzvá).
No reprender a los demás del todo también puede hacer que «carguemos con un pecado».
Aquí hay dos maneras:
- Nuestra mitzvá anterior nos dice que no odiemos a los demás en secreto. Si tenemos un problema con otros debido a sus fechorías, debemos decírselo con la esperanza de corregir su comportamiento, en lugar de arriesgarnos a violar la prohibición de odiarlos en nuestro corazón;
- Si uno tiene la capacidad de corregir el comportamiento de otro y no lo hace, tiene una responsabilidad parcial por las fechorías que pudo haber prevenido. Vemos esto en la historia de la «vaca del rabino Elazar ben Azariah». El Talmud en Shabat (54b) discute cómo la vaca perteneciente al vecino de Rabí Elazar solía salir en Shabat con un tipo de correa prohibida. La vaca fue llamada por el nombre del rabino Elazar porque nunca trató de corregir el comportamiento de su vecino.
Vemos de todo esto que si uno reprende adecuadamente a los demás, ¡puede evitar todo tipo de problemas!
La razón subyacente de esta mitzvá es hacer las paces. Si uno se porta mal en público pero es corregido suavemente en privado, las dos partes pueden reconciliarse. Si uno mantiene la reprimenda dentro de si, simplemente se convertirá en resentimiento y odio.
Es solo una mitzvá tratar de corregir a alguien cuando pensamos que la otra persona podría escuchar. Si una persona sabe que la reprimenda será ignorada, debe guardársela para sí mismo. Proverbios 9: 8 nos dice: «No reprendas al burlador; solo te odiará por eso. Pero si reprendes a una persona sabia, te amará por eso «. (Ver Talmud Yevamos 65b.). Por supuesto, cuando se corrige nuestro comportamiento, ¡debemos esforzarnos por actuar como personas sabias y apreciar la intervención!