Soltando

Cuando Ruchi Koval, Líder de viaje Momentum, le preguntó a su hijo de 20 años si quería hacer paracaidismo, él inmediatamente dijo que sí. Cedieron su vida al firmar los documentos de renuncia de derechos en caso de accidente y se encontraron amarrados a paracaídas, elevados a 10.000 pies en un pequeño avión y de repente llegó el momento de saltar. «No tenía otra opción en ese momento», dijo Ruchi. “Si me preocupaba, sabía que me perdería una experiencia increíble. Entonces, decidí respirar, contemplar la vista y confiar en que Dios me cuidaría». Para Ruchi, lo que sintió mientras practicaba paracaidismo fue una metáfora perfecta de Emuná, vale decir, la fidelidad y confianza en Dios. En nuestra conversación, Ruchi comparte cómo nuestra confianza en Dios puede disminuir nuestra ansiedad, así como también una experiencia personal despertó su confianza.

¿Cómo la confianza en Dios puede mejorar nuestras vidas?

Gran parte de nuestras vidas está consumida por el estrés y la ansiedad. Estamos ocupadas criando nuestros hijos, ganándonos la vida, tratando con la familia extendida y más. A medida que los científicos profundizan en la relación cuerpo/mente, se está volviendo cada vez más claro cuánto la salud mental afecta a la salud física, e incluso afecta cuánto tiempo vivimos. Si podemos descubrir cómo aliviarnos un poco de nuestro estrés y soltar, entregando nuestra carga a Dios, podremos vivir vidas más tranquilas, felices y saludables. Cuando confiamos en Dios, entendemos que no tenemos que ser Dios. No tenemos que administrar todo, conocer todas las respuestas y conocer todos y cada uno de los resultados finales. Podemos exhalar profundamente y entregar algo de nuestro control a Dios.

¿Puedes hablarnos de alguna figura bíblica que mostró fidelidad y confianza en Dios?

La primera persona que se me viene a la mente es Miriam. Cuando el pueblo judío salió de Egipto, Miriam agitó su pandereta, guiando a las otras mujeres a bailar y cantar. Eso significa que mientras se preparaba para huir de Egipto, tomó la decisión de llevar una pandereta. En su salida apresurada de Egipto, ¿por qué Miriam empacaría una pandereta? Aunque el pueblo judío se enfrentaba a la adversidad en todo momento, ella puso su fe en Dios y creyó que habría motivos para celebrar. Ella es un modelo a seguir para todas las mujeres judías que han mantenido su fe a lo largo de los siglos.

¿Puedes compartir con nosotros algún momento reciente en el que necesitaste invocar tu confianza en Dios?

Recientemente, mi esposo y yo necesitábamos sacar a nuestro hijo de su escuela diurna judía e inscribirlo en una escuela que pudiera satisfacer sus necesidades. Buscamos escuelas durante meses, recorriendo en nuestra área la que fuera mejor para él. Finalmente, elegimos una escuela Montessori que no solo ofrecía un plan de estudios individualizado, sino que también tenía una escuela secundaria. Estábamos encantados con ella. Mi hijo fue a clase el primer día y dos horas después, recibimos una llamada de la escuela. Dijeron que no podían satisfacer sus necesidades y que deberíamos ir a buscarlo. Me sentí completamente destrozada. Traté de ejercitar mi músculo de la fidelidad, pero simplemente no me estaba funcionando.

Dos días después, asistí a una clase de yoga. La instructora generalmente no comparte información personal, pero justo esa vez mencionó que estaba enojada porque la escuela secundaria Montessori de su hijo estaba cerrando. Cuando escuché eso, se me ocurrió que Dios puede estar enviándome un mensaje muy fuerte: la escuela Montessori sólo habría sido una solución temporal y no necesitamos planificar los próximos años de la vida de nuestro hijo ya que es Dios el que realmente dirige todo. En la vida, todos recibimos mensajes de Dios y si mantenemos nuestros ojos y oídos abiertos, los notaremos y nos convertiremos en personas más fuertes.

¿Cuáles son algunos momentos que pueden despertar nuestra confianza en Dios en nuestra vida?

Los altibajos de la vida ponen de manifiesto nuestra fidelidad. Por ejemplo, el otro día, vi que mi hija le escribió una carta muy dulce al conductor de su autobús. En ese momento, sentí una sensación de confianza en Dios. En otras ocasiones, cuando recibimos una llamada telefónica incómoda, o recibimos malas noticias o enfrentamos realizaciones difíciles, tenemos el desafío de ejercitar nuestro músculo de la fidelidad. Como dice mi esposo, Dios nos da abrazos y pellizcos, y estos nos recuerdan que debemos prestar atención y renovar nuestro sentido de fidelidad y confianza en Dios.

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