Practicando el auto cuidado horneando jalá

Beth Ricanati, médica, mamá de tres niños pequeños, estaba tratando de ser una gran doctora, madre, esposa y amiga todo al mismo tiempo y se sentía abrumada. Ahí, una amiga le recomendó que horneara jalá. «Pensé que la sugerencia era absurda porque no tenía tiempo y nunca horneaba nada excepto brownies en caja», dijo Beth. Pero aún así, ella lo intentó. Con las manos cubiertas de masa y los dedos consumidos por el trenzado, Beth no podía tocar su correo electrónico o su lista de tareas y comenzó a relajarse. Pronto, su casa olía a jalá recién horneada y quedó enganchada.

Diez años después, la hermana JWRP, Beth Ricanati, ha escrito sobre sus experiencias transformadoras con el horneado de jalá en su libro, Trenzado: Un viaje de mil jalot,que recientemente fue nombrado finalista del Premio Nacional del Libro Judío de 2018. En nuestra conversación con Beth, ella comparte algunas de las lecciones de vida que aprendió mientras horneaba jalá, así como sus consejos para practicar cuidado personal.

¿Qué te inspiró a viajar a Israel con JWRP?

Había estado estudiando con la Iniciativa de Mujeres Judías en Los Ángeles y horneando jalá durante algunos años, pero nunca había visitado Israel. Quería profundizar mi aprendizaje y reflexionar sobre mi carrera, y la posibilidad de hacerlo en Israel con un grupo de mujeres de mi comunidad me resultó muy emocionante. Nunca había estado lejos de mis hijos por nueve días, pero sabía que estarían bien sin mí. ¡Aproveché la oportunidad!

¿Cómo te impactó MOMentum?

Mi viaje MOMentum comenzó con un viaje en avión de 17 horas con más de 40 hermanas JWRP. Todo el vuelo fue mágico y cuando aterrizamos en Israel, sentí que estaba exactamente donde debía estar. Caminar por las mismas calles que nuestra gente había caminado durante miles de años fue poderoso. También me encantó aprender sobre la tradición de hornear jalá en honor a las personas en nuestras vidas. En Shabat, celebramos y honramos nuestra historia, y luego me paré en una azotea con vista al Kotel, sintiéndome muy agradecida por tener esa experiencia.

MOMentum me mostró que lo que hacemos en casa puede tener un gran impacto en nuestras familias. Vivimos en un mundo tan acelerado y me di cuenta de lo importante que es bajar la velocidad y compartir las tradiciones judías con mis hijos. Ahora, la cena de Shabat es una parte esencial de nuestras vidas y me nutre tanto a mí como a mi familia.

¿Cómo ha cambiado tu vida el hornear jalá?

Hornear jalá me ha hecho más consciente del momento y del resto de la semana. Cada vez que horneo jalá, aprendo una nueva lección de vida. Por ejemplo, a veces vierto el paquete de levadura y burbujea y otras veces no. En lugar de preocuparme, he aprendido a seguir la corriente. Mientras espero que suba la masa, he aprendido a tener paciencia. Sacar el tiempo para hornear jalá antes de Shabat ha sido fundamental para mí. No importa en qué parte del mundo esté, termino cada semana con este ritual significativo que está lleno de tantos recordatorios poderosos.

¿Qué consejo le darías a otras mujeres que quieran dedicar tiempo de sus vidas a un ritual que les resulte significativo?

Desde el punto de vista de un médico, la enfermedad crónica se basa en un 70% en el estilo de vida, que incluye nutrición, ejercicio, sueño y manejo del estrés. Para mantenernos saludables tanto física como mentalmente, debemos practicar el cuidado personal. Esto es algo que es especialmente importante para las mamás porque tendemos a anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Irónicamente, los asistentes de vuelo siempre nos recuerdan que, en caso de un problema, primero debemos ponernos nuestras máscaras de oxígeno antes de ayudar a cualquier otra persona. Necesitamos cuidarnos a nosotras mismas antes de cuidar a los demás. Tomarse un tiempo para uno misma agregando un ritual significativo a nuestra semana, ya sea hornear jalá o alguna otra cosa, puede marcar una gran diferencia.

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