Querida Adrienne:
Soy madre soltera de un niño de nueve años y mi vida es complicada, ¡pero es exactamente como elegí que fuera!
En Israel, se hablaba de «invertir el paradigma»sobre la forma en que uno ama a su hijo y de la forma en que uno ama a su cónyuge. ¡El mensaje parecía ser que amamos a nuestros cónyuges de la manera en que debemos amar a nuestros hijos y que amamos a nuestros hijos de la manera en que debemos amar a nuestros cónyuges! Sin un cónyuge es casi imposible invertir ese paradigma, y mi vida gira principalmente alrededor de mi hijo. ¿Hay algún problema con eso?
Desconcertada
Querida Desconcertada:
¡Es sabio hacer esta pregunta! Si bien la crianza de los hijos cuando uno es madre soltera tiene sus placeres y sus dificultades, al igual que cualquier otra relación dinámica, depende de cada uno de nosotros tener la visión y amplitud de miras (e inclusos a veces en forma retrospectiva) para hacer las preguntas correctas para cada una de nuestras situaciones.
Acá nada cambia para ti ¡ya que tu hijo no es tu pareja! ¡Lo que hace más difícil la crianza sola es que tendrás que tener cuidado de construir un sistema de apoyo emocional a tu alrededor, para que tu hijo no se convierta inadvertidamente en ese sistema!
De alguna manera, el dolor inevitable de que tu hijo se separe de ti se verá magnificado por tu interdependencia (basada en la proximidad constante). TODOS los hijos lo hacen y DEBEN separarse para darse cuenta de su autonomía. Si un hijo siente que su madre «lo necesita» demasiado, puede sentirse conflictuado con ese deseo de separarse. En su inmadurez, puede separarse de formas hirientes y, de repente, la madre puede sentir que su amado hijo ha «roto con ella» o “la ha rechazado». Es posible que ella se sienta afligida por la pérdida de cercanía que una vez definió su vínculo amoroso. ¡O, puede sentirse resentida o conflictuada y «mantenerse cerca» para «protegerlo»!
¡Eso tampoco les va a favorecer en su desarrollo! Pero te aseguro que toda madre siente esa ruptura independientemente de su «estado civil».
En tu caso, yo te diría que trabajes duramente para asegurarte de tener estrechos vínculos emocionales, sociales e intelectuales fuera de la relación con tu hijo. Asegurate de desarrollar intereses fuera de la crianza de los hijos y dedica un tiempo cada semana para asegurarte que tu hijo vea tus pasiones y propósitos más allá de tu rol como madre.
¡Haz que tu hogar sea un lugar de reunión para la realización de actividades de adultos como clubes de lectura, clases de Torá, reuniones de voluntarios y similares! Eso es bueno para tu hijo y es bueno para ti. A su vez, le envía el mensaje de que mamá puede ser «Mamá primero», pero eso no es la suma total de ella. Hazle ver que siempre estás creciendo y que tienes una actitud expansiva hacia el mundo, modelando tus comportamientos de manera tal, que estén enfocados hacia afuera. Que vea que tu hogar está abierto y es acogedor para los demás.
¡Nuestro trabajo como padres es criar buenos ciudadanos que estén llenos de los valores judíos para así poder criar a la próxima generación! ¡El consejo anterior no es solo aplicable a madres solteras, sino que se aplica a todas las madres que lean esto! Así como tu hijo es un alma amada que te fue confiada para despertar y encender; ¡TU TAMBIÉN eres un alma hermosa que debes trabajar y usar para reparar el mundo roto en el que vivimos!
¡Que tengas alegría y disfrutes a tu hijo sin jamás olvidar de ser madre de ti misma también!