Un hombre encantador me invitó a salir, pero, francamente, no es «profesional» y no tiene un muy buen sueldo.

Querida Adrienne:

Tengo 43 años, estoy divorciada ya hace un par de años y estoy lista para volver a salir nuevamente con gente. Un hombre encantador me invitó a salir, pero, francamente, no es un «profesional» y no gana mucho. Él trabaja, pero yo estoy criando a 3 hijos (con mi ex), y estoy acostumbrada a un cierto nivel de «comodidad’. Tengo miedo de involucrarme con alguien que no tenga una gran fuente de ingresos porque ¡no quiero tener que mantener a un hombre en este momento de mi vida!

¿Qué debo hacer?

Sola pero reticente

Querida Reticente,

Hay una gran diferencia entre «tener que mantener a un hombre» y tener una pareja que no gana lo que estás acostumbrada para vivir.

No has compartido el por qué terminó tu matrimonio, pero claramente, el dinero no fue un factor a menos que se usara como mecanismo de control. Y comprendo la profunda preocupación que tiene una madre por la calidad de vida de sus hijos. Pero cuando se trata de buenas relaciones, especialmente la segunda vez, hay otros factores a considerar.

Imagínate si te hubieras mantenido felizmente casada con tu primer marido y hubieran experimentado un «cambio de suerte» o un problema de salud que hubiera cambiado para siempre la dinámica financiera de tu vida. Imagina si tú, personalmente, hubieras sufrido una enfermedad física o emocional muy grave y no hubieras podido «estar a la altura» de tu parte del acuerdo tácito que hiciste al principio del matrimonio. La vida no es otra cosa más que el cambio constante, y el amor no es otra cosa más que la capacidad de adaptación. El verdadero compañerismo no está exento de expectativas, pero también permite los caprichos y variaciones de la vida y la promesa de fidelidad frente a ellos. ¡Todo esto es MUCHO MÁS FÁCIL con una persona a la que realmente respetas y admiras por su carácter y bondad más que por su cuenta bancaria!

Hay un placer más profundo que las comodidades físicas. Como judíos, creemos que este mundo es para crecer y que la felicidad es un subproducto del sentido.

También creo que hay una tremenda presión sobre los hombres para que sean «grandes proveedores», pero, amiga mía, hay muchas formas de «proveer». ¿Puede este hombre brindar calidez? ¿Humor? ¿Amistad? ¿Romance? ¿Fidelidad? ¿Compromiso? ¿Puede este hombre ser un verdadero compañero de vida en todas las áreas que traen la verdadera felicidad? Estas son las preguntas que debes hacerte esta vez.

Muchos de nosotros tenemos mucho más de lo que necesitamos y encontramos un falso sentido de seguridad en nuestras comodidades. Si terminas con alguien que trabaja duro pero tiene un ingreso pequeño, es posible que tengas que cambiar tu estilo de vida económicamente. Pero sospecho que si el hombre es un verdadero “mensch” y un verdadero compañero, después de un breve período de adaptación, tu (y tus hijos) ¡se sentirán más enriquecidos que nunca!

Te deseo el valor para cambiar tu paradigma y te insto a que le des una oportunidad a este hombre.